
Y por fin el día llegó...contenta y más nerviosa que nada la cita final. 5:30 p.m. y todas vueltas locas en el camerino, "ponme las pestañas", "ajustame la falda", "¿quién tiene pasadores que me preste?"...otras pidiendo auxilio con el maquillaje (entre esas estaba yo), faldas y rebozos de todos los colores, risas sin parar, ultimando los detalles para que la función fuera todo lo que durante seis meses soñamos, aquí estamos a menos de una hora de nuestros 7 minutos de fama (si, parece poco, pero eso es lo que dura el cuadro). Y por fin se escuchan esos acordes ya muy familiares, la adrenalina a todo lo que da, los aplausos cariñosos de nuestras familias y amigos (como siempre los más fieles seguidores), 4 bailes después todo acabo con la caída del telón... y así esperar otra hora para la siguiente función, y para sentir lo mismo una vez más por el simple placer de bailar.
NOTA: gracias a todas las personas que hicieron posible este taller, especialmente a la maestra Guadalupe Camacho, por su tiempo y entrega.

